Por encima de 35 años, aproximadamente 8 de cada 10 pacientes tienen síntomas de enfermedad periodontal. Ya sea una gingivitis (inflamación de las encías) o una periodontitis (inflamación de encías y pérdida de masa ósea), son patologías que no nos dan una sintomatología significativa, en muchas ocasiones simplemente un leve sangrado, retracción de algunos puntos de encías o aparición de pequeños espacios, es por eso que muchos de los pacientes que sufren esta enfermedad en sus encías ni si quiera lo saben y acuden a nuestra consulta cuando el proceso está ya avanzado y el daño es irrecuperable. De ahí la importancia de ser diagnosticadas y tratadas a tiempo, ya que son procesos que evolucionan a lo largo del tiempo de forma silente, y nos llevan a un total deterioro de la base ósea donde se encuentran alojados los dientes, pudiendo ocasionar, si no se controlan, pérdidas de dichas piezas dentarias.
La enfermedad periodontal viene determinada por muchos condicionantes, algunos controlables, tipo higiene, dieta, control de irritantes, y otros no controlables ya que tienen un gran condicionante genético, que obviamente no podemos eliminar. Es por esto que es importante tratarla para frenar su evolución. Si lo hacemos de forma adecuada no tiene por qué llegar a situaciones extremas o dramáticas.
Debemos actuar contra ella de forma compenetrada y ordenada. El paciente de forma diaria debe extremar sus cuidados utilizando aparatología y farmacología específica. Y periódicamente debe acudir a sus revisiones de encías para que podamos valorar y controlar la situación, realizando tratamientos periódicos de raspados y alisados, tartrectomías , que ayuden a eliminar placa bacteriana y sarro, y mantener controlada de forma adecuada la evolución de la enfermedad. Es importante que este cuidado diario y sus revisiones semestrales sean ordenadas y regladas, ya que será la única forma de controlar este proceso que nunca se curará al completo, pero sí se puede frenar de forma importante.
Nuestros profesionales le enseñaran a mantener una higiene exquisita, a cuidarse, eliminar posibles irritantes que puedan estar empeorándola. Y el control objetivo por nuestra parte de forma periódica será la otra pieza fundamental del puzle para que consigamos mantener saludables sus encías.