Son muchas las ocasiones en las que los niños necesitan de tratamiento odontológicos.
La primera causa es la caries dental, debido a la dieta azucarada que llevamos todos hoy en día y a la deficiente higiene inherente a su edad. Aunque estas sean en dientes deciduos (de leche) es importante que sean tratadas, ya que algunos de esto dientes permanecerán en su boca hasta los 12-13 años, y en este largo periodo pueden ocasionar infecciones o dolor.
La segunda causa son los traumatismos. Un gran número de niños acuden a nuestra consulta, con carácter de urgencia, con motivo de un golpe o una caída que haya ocasionado una fractura, movilidad o incluso la pérdida de alguna pieza dentaria. Si se encuentran en una de estas situaciones no dude en ponerse en contacto con nosotros para acudir de forma inmediata a nuestra clínica, este tipo de problemas han de ser resuelto lo antes posible para reducir en gran medida las posibles complicaciones.
En función de la edad, y según el estado de recambio dentario, las bocas de nuestros niños pueden parecer anárquicas y desordenadas. Nuestros profesionales podrán aclarar de forma gustosa todas las dudas que les puedan surgir. Pónganse en contacto con nosotros, en una simple revisión podremos resolverlas.
Para nosotros es muy importante la prevención y la educación oral de los más pequeños. Es por esto que colaboramos con el plan PADI (Plan Andaluz Dental Infantil) Un convenio de la Junta de Andalucía con algunas clínicas privadas en las que se cuida y mantiene la salud oral de los niños, instruyéndoles desde pequeño en la higiene y los cuidados de su boca, concienciándoles a cerca de su importancia y detectando de forma prematura posibles problemas. De 5 a 15 años tienen cubierto gran parte de los tratamientos que necesiten y todas las medidas preventivas necesarias para que sus bocas sean siempre fuertes y sanas.
Es muy importante que los niños acudan a la consulta desde sus primeros años. En primer lugar porque desde que tienen dientes en su boca son susceptibles de caries, hipoplasias u otras patologías que podemos detectar de forma prematura. Y en segundo lugar, es importante que se acostumbren desde pequeños a acudir de forma rutinaria al dentista y se familiaricen con nosotros. Es bueno que tengan, antes de enfrentarse a ningún problema de su boca, varias experiencias positivas en las que la visita consista en una leve exploración y varias reglas básicas para su higiene. Conseguiremos así que en un futuro sean adolescentes que acudan a nuestra consulta confiados y contentos.
Nuestra actitud ante los más pequeños debe ser educar y prevenir. Educar en la importancia de la higiene bucodental, concienciarlos y normalizar las visitas a su dentista como si fuera un amigo. Evitar en gran medida transmitir los miedos de los adultos, hay que ser consciente que mucho de los miedos que tienen los niños son aprendidos y transmitidos por sus padres. Es importante que acudan a nuestra consulta libres de prejuicios y sean ellos mismos los que valoren su experiencia como positiva. Y prevenir problemas futuros detectándolos a tiempo y solucionándolos de manera prematura.
Hagamos de estos niños, adultos libres de miedos, con bocas sanas y cuidadas desde pequeños.